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Conoce portilla copia – Conjunto Monumental de Portilla

Conjunto Monumental de Portilla

El lugar de Portilla experimentará, durante los aproximadamente 2.500 años de existencia, un complejo proceso de idas y venidas, de abandonos y reocupaciones. Conoce el último momento de ocupación, aquel que vio nacer y transformarse a la villa medieval de Portilla. Su relato es la historia de un asentamiento en altura que surge en los primeros años del siglo XI como centro administrativo del reino de Pamplona y que acabará convertido en villa alavesa, sufriendo un proceso paulatino de abandono y traslado de la población hacia el actual pueblo de Portilla.

Dos mil quinientos años de historia

Siglos V-I a.C.

Orígenes del poblamiento en Portilla. Las evidencias recuperadas hasta el momento constatan la presencia de un asentamiento en altura, un posible castro de la II Edad del Hierro con funciones defensivas favorecidas por las especiales condiciones físicas del lugar.

Siglos V-I a.C.

Orígenes del poblamiento en Portilla. Las evidencias recuperadas hasta el momento constatan la presencia de un asentamiento en altura, un posible castro de la II Edad del Hierro con funciones defensivas favorecidas por las especiales condiciones físicas del lugar.

Siglos III-VII d.C.

El asentamiento castreño será abandonado en algún momento a caballo entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. y reocupado en un momento tardío del periodo romano, perdurando hasta época tardoantigua. No parece, sin embargo, que fuera un establecimiento humano de gran entidad.

Años 1028-1035

Con Sancho Garcés III se asiste al momento de mayor expansión territorial del reino pamplonés, llegando a ser el gobernante más poderoso del norte peninsular. Por una parte, el Califato Omeya de Córdoba se estaba desintegrando, dando lugar a la fragmentación del estado califal en multitud de reinos conocidos como taifas. Una situación de debilidad que aprovechó el rey pamplonés para recuperar los territorios de al-Ándalus en la depresión del Ebro. Por otra, la muerte del conde de Castilla en el año 1028 provocará que el condado pase a manos del monarca por derecho sucesorio de su esposa, doña Munia, hermana mayor del conde. El Condado de Castilla y con él, el actual territorio de Álava. Partiendo de esta excelente situación política, uno de los elementos de la estrategia de consolidación y expansión territorial navarra se basó en la creación de centros administrativos, a través de los cuales asegurar de manera eficaz el dominio sobre el territorio.

Sancho Garcés III y García Sánchez III (miniatura del Compendio de crónicas de reyes. Manuscrito del siglo XIV)

Principios siglo XI​

Fundación de Portilla como centro administrativo (tenencia) del Reino de Pamplona: “atque alio senior Fortuni Sancii cum ipsa terra que tenet uel castros, Buradon et Portiella ac Maragnione atque Laquion cum omni herentia eorum” (carta de arras de García Sánchez III. a. 1040). Su rasgo principal será la asociación de hábitat y fortificación, estando constituido por un castillo, un núcleo de población principal y un distrito territorial.


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Años 1199-1200

Conquista castellana de Álava, Gipuzkoa y el Duranguesado.

Sin referencia

Año 1200

La plaza fuerte de Portilla resiste el asedio castellano, pero el rey Sancho VII de Navarra la permuta con Alfonso VIII a cambio de Miranda de Arga.


Blasón del linaje de los Haro

Blasón del linaje de los Haro

Principios siglo XIII

Abandono de las primeras casas de Portilla y progresivo traslado de la población al arrabal de abajo (actual pueblo de Portilla).
El linaje de los Haro, señores de Bizkaia, se hace con el dominio de Portilla.


Blasón del linaje de los Haro

Año 1288

Portilla se subleva contra el rey Sancho IV (en favor de los intereses dinásticos del infante Don Alfonso de la Cerda), lo que provocó el asedio y posterior conquista de la fortaleza por el monarca castellano: “é cercó la villa é el castillo de Portilla Dibda, é la gente que estava dentro llamaban el apellido de don Alfonso que se llamaba rey, é pusieron un pendón de castillos é leones encima del alcázar. É cuando el rey don Sancho vió que de los sus castillos facían guerra é llamaban el apellido de otro rey, tomó ende muy grand pesar é grand saña, é fizo combatir la villa muy fuertemente con muchos engeños fasta que la tomó” (Crónica de los Reyes de Castilla).


Ilustración recreando el asedio de Portilla en 1288 (Ilustración de Nuria Hernández Pintor. www.nuriahache.com)

Años 1350-1450

A partir de mediados del siglo XIV la debilidad política de los reyes de Castilla propició que numerosas posesiones de realengo les fueran entregadas a importantes familias de la nobleza, como moneda de cambio por los servicios prestados a la Corona. Es el periodo de máxima expansión de los señoríos jurisdiccionales.

Hommage du comté de Clermont-en-Beauvaisis (copia de un manuscrito de 1373-1376)

Años 1350-1450

El abandono de Portilla continuó durante el siglo XIV y ya para el siglo XV debió haber finalizado con el despoblamiento total del viejo enclave en altura. Su población se concentrará en el arrabal de abajo, que tomará el nombre de Portilla.
Por estas fechas, Portilla pasará a ser señorío de los Hurtado de Mendoza.


Escudo del palacio de los Gauna en Portilla. El escudo se encuentra partido en dos cuarteles, uno con las armas de los Gauna y otro con las de los Hurtado de Mendoza.

Años 1540-1542

Construcción de la iglesia del Salvador (hoy Santísima Trinidad) que se convertirá en parroquia de Portilla. El primitivo templo de Santa María (en la villa alta) quedará convertido en ermita.
Los Velasco aparecen también como señores de Portilla.


Iglesia del Salvador (hoy Santísima Trinidad) de Portilla
Iglesia del Salvador (hoy Santísima Trinidad) de Portilla

Principios siglo XVII

Los Hurtado de Mendoza venden su parte del señorío a los Gauna y los Zamudio, de tal manera que Portilla se encontraba repartida entre estas familias y los Velasco.
El reflejo del sistema señorial de estas familias aparece bien patente en el urbanismo y la arquitectura del actual pueblo de Portilla, que se divide en dos barrios (Bº de los Velasco y Bº de los Gauna-Zamudio), con jurisdicciones distintas y separados por una línea de cuatro mojones.


Reflejo urbanístico del señorío de Portilla

Palacio de los Zamudio

Año 1842

Supresión del señorío de Portilla.

Siglos V-I a.C.

Orígenes del poblamiento en Portilla. Las evidencias recuperadas hasta el momento constatan la presencia de un asentamiento en altura, un posible castro de la II Edad del Hierro con funciones defensivas favorecidas por las especiales condiciones físicas del lugar.

Siglos III-VII d.C.

El asentamiento castreño será abandonado en algún momento a caballo entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. y reocupado en un momento tardío del periodo romano, perdurando hasta época tardoantigua. No parece, sin embargo, que fuera un establecimiento humano de gran entidad.

Años 1028-1035

Con Sancho Garcés III se asiste al momento de mayor expansión territorial del reino pamplonés, llegando a ser el gobernante más poderoso del norte peninsular. Por una parte, el Califato Omeya de Córdoba se estaba desintegrando, dando lugar a la fragmentación del estado califal en multitud de reinos conocidos como taifas. Una situación de debilidad que aprovechó el rey pamplonés para recuperar los territorios de al-Ándalus en la depresión del Ebro. Por otra, la muerte del conde de Castilla en el año 1028 provocará que el condado pase a manos del monarca por derecho sucesorio de su esposa, doña Munia, hermana mayor del conde. El Condado de Castilla y con él, el actual territorio de Álava. Partiendo de esta excelente situación política, uno de los elementos de la estrategia de consolidación y expansión territorial navarra se basó en la creación de centros administrativos, a través de los cuales asegurar de manera eficaz el dominio sobre el territorio.

Principios siglo XI

Fundación de Portilla como centro administrativo (tenencia) del Reino de Pamplona: “atque alio senior Fortuni Sancii cum ipsa terra que tenet uel castros, Buradon et Portiella ac Maragnione atque Laquion cum omni herentia eorum” (carta de arras de García Sánchez III. a. 1040). Su rasgo principal será la asociación de hábitat y fortificación, estando constituido por un castillo, un núcleo de población principal y un distrito territorial.


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Años 1028-1035

Con Sancho Garcés III se asiste al momento de mayor expansión territorial del reino pamplonés, llegando a ser el gobernante más poderoso del norte peninsular. Por una parte, el Califato Omeya de Córdoba se estaba desintegrando, dando lugar a la fragmentación del estado califal en multitud de reinos conocidos como taifas. Una situación de debilidad que aprovechó el rey pamplonés para recuperar los territorios de al-Ándalus en la depresión del Ebro. Por otra, la muerte del conde de Castilla en el año 1028 provocará que el condado pase a manos del monarca por derecho sucesorio de su esposa, doña Munia, hermana mayor del conde. El Condado de Castilla y con él, el actual territorio de Álava. Partiendo de esta excelente situación política, uno de los elementos de la estrategia de consolidación y expansión territorial navarra se basó en la creación de centros administrativos, a través de los cuales asegurar de manera eficaz el dominio sobre el territorio.

Siglos V-I a.C.

Orígenes del poblamiento en Portilla. Las evidencias recuperadas hasta el momento constatan la presencia de un asentamiento en altura, un posible castro de la II Edad del Hierro con funciones defensivas favorecidas por las especiales condiciones físicas del lugar.

Siglos III-VII d.C.

El asentamiento castreño será abandonado en algún momento a caballo entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. y reocupado en un momento tardío del periodo romano, perdurando hasta época tardoantigua. No parece, sin embargo, que fuera un establecimiento humano de gran entidad.

Principios siglo XI

Fundación de Portilla como centro administrativo (tenencia) del Reino de Pamplona: “atque alio senior Fortuni Sancii cum ipsa terra que tenet uel castros, Buradon et Portiella ac Maragnione atque Laquion cum omni herentia eorum” (carta de arras de García Sánchez III. a. 1040). Su rasgo principal será la asociación de hábitat y fortificación, estando constituido por un castillo, un núcleo de población principal y un distrito territorial.


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Años 1199-1200

Conquista castellana de Álava, Gipuzkoa y el Duranguesado.

Año 1200

La plaza fuerte de Portilla resiste el asedio castellano, pero el rey Sancho VII de Navarra la permuta con Alfonso VIII a cambio de Miranda de Arga.


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Años 1199-1200

Conquista castellana de Álava, Gipuzkoa y el Duranguesado.

Año 1200

La plaza fuerte de Portilla resiste el asedio castellano, pero el rey Sancho VII de Navarra la permuta con Alfonso VIII a cambio de Miranda de Arga.


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Principios siglo XIII

Abandono de las primeras casas de Portilla y progresivo traslado de la población al arrabal de abajo (actual pueblo de Portilla).
El linaje de los Haro, señores de Bizkaia, se hace con el dominio de Portilla.


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Año 1288

Portilla se subleva contra el rey Sancho IV (en favor de los intereses dinásticos del infante Don Alfonso de la Cerda), lo que provocó el asedio y posterior conquista de la fortaleza por el monarca castellano: “é cercó la villa é el castillo de Portilla Dibda, é la gente que estava dentro llamaban el apellido de don Alfonso que se llamaba rey, é pusieron un pendón de castillos é leones encima del alcázar. É cuando el rey don Sancho vió que de los sus castillos facían guerra é llamaban el apellido de otro rey, tomó ende muy grand pesar é grand saña, é fizo combatir la villa muy fuertemente con muchos engeños fasta que la tomó” (Crónica de los Reyes de Castilla).


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Años 1350-1450

A partir de mediados del siglo XIV la debilidad política de los reyes de Castilla propició que numerosas posesiones de realengo les fueran entregadas a importantes familias de la nobleza, como moneda de cambio por los servicios prestados a la Corona. Es el periodo de máxima expansión de los señoríos jurisdiccionales.

Años 1350-1450

El abandono de Portilla continuó durante el siglo XIV y ya para el siglo XV debió haber finalizado con el despoblamiento total del viejo enclave en altura. Su población se concentrará en el arrabal de abajo, que tomará el nombre de Portilla.
Por estas fechas, Portilla pasará a ser señorío de los Hurtado de Mendoza.

Años 1540-1542

Construcción de la iglesia del Salvador (hoy Santísima Trinidad) que se convertirá en parroquia de Portilla. El primitivo templo de Santa María (en la villa alta) quedará convertido en ermita.
Los Velasco aparecen también como señores de Portilla.

Principios siglo XVII

Los Hurtado de Mendoza venden su parte del señorío a los Gauna y los Zamudio, de tal manera que Portilla se encontraba repartida entre estas familias y los Velasco.
El reflejo del sistema señorial de estas familias aparece bien patente en el urbanismo y la arquitectura del actual pueblo de Portilla, que se divide en dos barrios (Bº de los Velasco y Bº de los Gauna-Zamudio), con jurisdicciones distintas y separados por una línea de cuatro mojones.


Escudo del palacio de los Gauna en Portilla. El escudo se encuentra partido en dos cuarteles, uno con las armas de los Gauna y otro con las de los Hurtado de Mendoza.

Iglesia del Salvador (hoy Santísima Trinidad) de Portilla
Iglesia del Salvador (hoy Santísima Trinidad) de Portilla

Años 1199-1200

Conquista castellana de Álava, Gipuzkoa y el Duranguesado.

Año 1200

La plaza fuerte de Portilla resiste el asedio castellano, pero el rey Sancho VII de Navarra la permuta con Alfonso VIII a cambio de Miranda de Arga.


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Año 1200

La plaza fuerte de Portilla resiste el asedio castellano, pero el rey Sancho VII de Navarra la permuta con Alfonso VIII a cambio de Miranda de Arga.


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Siglo V-I a.C.

Orígenes del poblamiento en Portilla. Las evidencias recuperadas hasta el momento constatan la presencia de un asentamiento en altura, un posible castro de la II Edad del Hierro con funciones defensivas favorecidas por las especiales condiciones físicas del lugar.

Siglos III-VII d.C.

El asentamiento castreño será abandonado en algún momento a caballo entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. y reocupado en un momento tardío del periodo romano, perdurando hasta época tardoantigua. No parece, sin embargo, que fuera un establecimiento humano de gran entidad.

Principios siglo XI

Fundación de Portilla como centro administrativo (tenencia) del Reino de Pamplona: “atque alio senior Fortuni Sancii cum ipsa terra que tenet uel castros, Buradon et Portiella ac Maragnione atque Laquion cum omni herentia eorum” (carta de arras de García Sánchez III. a. 1040). Su rasgo principal será la asociación de hábitat y fortificación, estando constituido por un castillo, un núcleo de población principal y un distrito territorial.


Tenencias del reino de Pamplona. Años 1035-1076 (Gran Atlas de Navarra, T. II, 1986)

Año 1200

La plaza fuerte de Portilla resiste el asedio castellano, pero el rey Sancho VII de Navarra la permuta con Alfonso VIII a cambio de Miranda de Arga.



Siglo V-I a.C.

Orígenes del poblamiento en Portilla. Las evidencias recuperadas hasta el momento constatan la presencia de un asentamiento en altura, un posible castro de la II Edad del Hierro con funciones defensivas favorecidas por las especiales condiciones físicas del lugar.







Siglos III-VII d.C.

El asentamiento castreño será abandonado en algún momento a caballo entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. y reocupado en un momento tardío del periodo romano, perdurando hasta época tardoantigua. No parece, sin embargo, que fuera un establecimiento humano de gran entidad.







Principios siglo XI

Fundación de Portilla como centro administrativo (tenencia) del Reino de Pamplona: “atque alio senior Fortuni Sancii cum ipsa terra que tenet uel castros, Buradon et Portiella ac Maragnione atque Laquion cum omni herentia eorum” (carta de arras de García Sánchez III. a. 1040). Su rasgo principal será la asociación de hábitat y fortificación, estando constituido por un castillo, un núcleo de población principal y un distrito territorial.







Años 1028-1035

Con Sancho Garcés III se asiste al momento de mayor expansión territorial del reino pamplonés, llegando a ser el gobernante más poderoso del norte peninsular. Por una parte, el Califato Omeya de Córdoba se estaba desintegrando, dando lugar a la fragmentación del estado califal en multitud de reinos conocidos como taifas. Una situación de debilidad que aprovechó el rey pamplonés para recuperar los territorios de al-Ándalus en la depresión del Ebro. Por otra, la muerte del conde de Castilla en el año 1028 provocará que el condado pase a manos del monarca por derecho sucesorio de su esposa, doña Munia, hermana mayor del conde. El Condado de Castilla y con él, el actual territorio de Álava. Partiendo de esta excelente situación política, uno de los elementos de la estrategia de consolidación y expansión territorial navarra se basó en la creación de centros administrativos, a través de los cuales asegurar de manera eficaz el dominio sobre el territorio.

 







 

Año 1200

Fundación de Portilla como centro administrativo (tenencia) del Reino de Pamplona: “atque alio senior Fortuni Sancii cum ipsa terra que tenet uel castros, Buradon et Portiella ac Maragnione atque Laquion cum omni herentia eorum” La plaza fuerte de Portilla resiste el asedio castellano, pero el rey Sancho VII de Navarra la permuta con Alfonso VIII a cambio de Miranda de Arga.







Años 1199-1200

Conquista castellana de Álava, Gipuzkoa y el Duranguesado.







Principios siglo XIII

Abandono de las primeras casas de Portilla y progresivo traslado de la población al arrabal de abajo (actual pueblo de Portilla).
El linaje de los Haro, señores de Bizkaia, se hace con el dominio de Portilla.







Ilustración recreando el asedio de Portilla en 1288 (Ilustración de Nuria Hernández Pintor. www.nuriahache.com)

Año 1288

Portilla se subleva contra el rey Sancho IV (en favor de los intereses dinásticos del infante Don Alfonso de la Cerda), lo que provocó el asedio y posterior conquista de la fortaleza por el monarca castellano: “é cercó la villa é el castillo de Portilla Dibda, é la gente que estava dentro llamaban el apellido de don Alfonso que se llamaba rey, é pusieron un pendón de castillos é leones encima del alcázar. É cuando el rey don Sancho vió que de los sus castillos facían guerra é llamaban el apellido de otro rey, tomó ende muy grand pesar é grand saña, é fizo combatir la villa muy fuertemente con muchos engeños fasta que la tomó” (Crónica de los Reyes de Castilla).







Hommage du comté de Clermont-en-Beauvaisis (copia de un manuscrito de 1373-1376)

 

Años 1350-1450

El abandono de Portilla continuó durante el siglo XIV y ya para el siglo XV debió haber finalizado con el despoblamiento total del viejo enclave en altura. Su población se concentrará en el arrabal de abajo, que tomará el nombre de Portilla.Por estas fechas, Portilla pasará a ser señorío de los Hurtado de Mendoza.







Iglesia del Salvador (hoy Santísima Trinidad) de Portilla

Años 1540-1542

Construcción de la iglesia del Salvador (hoy Santísima Trinidad) que se convertirá en parroquia de Portilla. El primitivo templo de Santa María (en la villa alta) quedará convertido en ermita.
Los Velasco aparecen también como señores de Portilla.







Palacio de los Zamudio

Principios siglo XVII

Los Hurtado de Mendoza venden su parte del señorío a los Gauna y los Zamudio, de tal manera que Portilla se encontraba repartida entre estas familias y los Velasco.
El reflejo del sistema señorial de estas familias aparece bien patente en el urbanismo y la arquitectura del actual pueblo de Portilla, que se divide en dos barrios (Bº de los Velasco y Bº de los Gauna-Zamudio), con jurisdicciones distintas y separados por una línea de cuatro mojones.







Año 1842

Supresión del señorío de Portilla.







Espacios diferenciados

La estructura urbana de Portilla se encuentra dividida en tres ámbitos perfectamente diferenciados, en una suerte de escenarios derivados de las necesidades político-militares, religioso-comerciales y de hábitat. Estas necesidades se satisfacen con varias respuestas arquitectónicas (castillo, iglesia y poblado) que se adaptan a las características naturales del lugar, situándose en tres planos o niveles de altura siguiendo un principio de jerarquía. Junto a estos tres ámbitos se reconoce un cuarto espacio identificado con el actual pueblo de Portilla, concebido inicialmente como arrabal.

El castillo

En lo más alto del lugar se encuentra el castillo, sobre

 una abrupta peña estrecha y alargada, diferenciado claramente del espacio inferior. El castillo simboliza el poder Real, en el punto más alto, dominando la ciudad. Las múltiples estructuras conservadas dan idea de la compleja articulación poliorcética de esta fortaleza, organizada en tres niveles de altura.

El nivel inferior acoge un estrecho pasillo que recorre el farallón rocoso por su cara septentrional, comunicando el castillo con el poblado y la zona extramuros. Al final de este pasillo se sitúa una estructura en rampa, parcialmente desmantelada, desde la que se accede a la terraza intermedia y el aljibe. A través de un recorrido en zigzag se llega a la “zona alta” del recinto que acoge las principales estructuras defensivas, productivas y residenciales del castillo. En la actualidad se reconocen restos de un cuerpo de guardia, de dos torreones en los extremos y de una fragua, si bien el edificio mejor conservado se corresponde con la torre del homenaje. Esta torre, situada en posición central, comunica con un foso de dimensiones notables, excavado cuidadosamente en la roca, que aún conserva las entalladuras de apoyo para el puente de madera que salvaba el paso hacia el torreón de poniente.

En el punto más elevado y llano del núcleo habitado, ocupando una posición privilegiada en la tortuosa orografía del emplazamiento, se situaba la iglesia. Su localización, en la parte más alta de la plataforma, no fue en absoluto casual, puesto que se buscó expresamente una posición elevada respecto al poblado. Este espacio simboliza el poder religioso y, por ende, representa a otro estamento privilegiado: la Iglesia católica. El actual templo fue construido a principios del siglo XIII bajo criterios estilísticos propios del “románico”, aunque debió existir uno anterior desde el siglo XI.

Este espacio concentraba, no solo la función religiosa y funeraria del lugar sino, también la vida pública y comercial, albergando la plaza y mercado de la ciudad. Y creemos no equivocarnos mucho al presumir que fue también el lugar habitual donde se reunía el concejo de Portilla, sobre el espacio simbólico del cementerio y a las puertas del templo.

A sus pies, en el espacio inferior, se situaba el núcleo habitado, protegido al sur por unos imponentes estratos verticales de roca caliza que actuaban de murallas naturales, las cuales se complementaban al este y oeste por gruesas murallas de fábrica, en las que se abrían cuatro puertas de entrada. 

Las investigaciones arqueológicas han permitido conocer las características de su caserío. Lejos de la imagen estereotipada de la ciudad medieval constituida por un caserío abigarrado, agrupado en manzanas de casas estrechas y alineadas (basada en modelos ideales derivados de las villas bajomedievales), la trama urbana de Portilla muestra un patrón de organización disperso que hunde sus raíces en estándares aldeanos del alto Medievo. Su urbanismo nace de la yuxtaposición de diversas unidades domésticas (en su polisémica acepción de casa) repartidas de manera regular por el espacio intramuros. Se trata de una estructura urbana que se fija a través de un sistema de terrazas escalonadas, a modo de anfiteatro, sobre las que se disponen las casas, calles y espacios agrícolas, generando una trama más o menos recurrente.

Los edificios de estas unidades domésticas, actualmente arruinados, pueden ser “visualizados” a través de grandes amontonamientos de piedra generados tras su abandono, los cuales posibilitan reconocer una veintena de casas, estimación que permite dar idea de la entidad de la población. Hasta el momento se han excavado tres de estas unidades domésticas, las cuales están permitiendo avanzar en el conocimiento de la arquitectura doméstica medieval, definiendo sus características formales y constructivas.

En la periferia del núcleo urbano original, a unos 500 metros ladera abajo, surgirá un arrabal o ensanche, cuya ventajosa situación -más cerca del valle y en el punto donde confluían diferentes vías que llegaban desde Castilla, Navarra y el Cantábrico- hará que, con el tiempo, absorba toda la población.  El trasvase poblacional debió iniciarse en las primeras décadas del siglo XIII, momento en que el registro arqueológico evidencia el abandono de las primeras casas en el poblado de arriba. Este descenso al “llano” continuó durante el siglo XIV y ya para el siglo XV debió haber finalizado con el despoblamiento total del viejo enclave en altura, concentrándose el hábitat en el actual pueblo de Portilla.

El castillo

La iglesia

El poblado

Extramuros

Valores diferenciales

Inclusión y participación

Paisaje y patrimonio

Criterios de intervención

En lo más alto del lugar se encuentra el castillo, sobre una abrupta peña estrecha y alargada, diferenciado claramente del espacio inferior. El castillo simboliza el poder Real, en el punto más alto, dominando la ciudad. Las múltiples estructuras conservadas dan idea de la compleja articulación poliorcética de esta fortaleza, organizada en tres niveles de altura.

El nivel inferior acoge un estrecho pasillo que recorre el farallón rocoso por su cara septentrional, comunicando el castillo con el poblado y la zona extramuros. Al final de este pasillo se sitúa una estructura en rampa, parcialmente desmantelada, desde la que se accede a la terraza intermedia y el aljibe. A través de un recorrido en zigzag se llega a la “zona alta” del recinto que acoge las principales estructuras defensivas, productivas y residenciales del castillo. En la actualidad se reconocen restos de un cuerpo de guardia, de dos torreones en los extremos y de una fragua, si bien el edificio mejor conservado se corresponde con la torre del homenaje. Esta torre, situada en posición central, comunica con un foso de dimensiones notables, excavado cuidadosamente en la roca, que aún conserva las entalladuras de apoyo para el puente de madera que salvaba el paso hacia el torreón de poniente.

En el punto más elevado y llano del núcleo habitado, ocupando una posición privilegiada en la tortuosa orografía del emplazamiento, se situaba la iglesia. Su localización, en la parte más alta de la plataforma, no fue en absoluto casual, puesto que se buscó expresamente una posición elevada respecto al poblado. Este espacio simboliza el poder religioso y, por ende, representa a otro estamento privilegiado: la Iglesia católica. El actual templo fue construido a principios del siglo XIII bajo criterios estilísticos propios del “románico”, aunque debió existir uno anterior desde el siglo XI.

Este espacio concentraba, no solo la función religiosa y funeraria del lugar sino, también la vida pública y comercial, albergando la plaza y mercado de la ciudad. Y creemos no equivocarnos mucho al presumir que fue también el lugar habitual donde se reunía el concejo de Portilla, sobre el espacio simbólico del cementerio y a las puertas del templo.

A sus pies, en el espacio inferior, se situaba el núcleo habitado, protegido al sur por unos imponentes estratos verticales de roca caliza que actuaban de murallas naturales, las cuales se complementaban al este y oeste por gruesas murallas de fábrica, en las que se abrían cuatro puertas de entrada. 

Las investigaciones arqueológicas han permitido conocer las características de su caserío. Lejos de la imagen estereotipada de la ciudad medieval constituida por un caserío abigarrado, agrupado en manzanas de casas estrechas y alineadas (basada en modelos ideales derivados de las villas bajomedievales), la trama urbana de Portilla muestra un patrón de organización disperso que hunde sus raíces en estándares aldeanos del alto Medievo. Su urbanismo nace de la yuxtaposición de diversas unidades domésticas (en su polisémica acepción de casa) repartidas de manera regular por el espacio intramuros. Se trata de una estructura urbana que se fija a través de un sistema de terrazas escalonadas, a modo de anfiteatro, sobre las que se disponen las casas, calles y espacios agrícolas, generando una trama más o menos recurrente.

Los edificios de estas unidades domésticas, actualmente arruinados, pueden ser “visualizados” a través de grandes amontonamientos de piedra generados tras su abandono, los cuales posibilitan reconocer una veintena de casas, estimación que permite dar idea de la entidad de la población. Hasta el momento se han excavado tres de estas unidades domésticas, las cuales están permitiendo avanzar en el conocimiento de la arquitectura doméstica medieval, definiendo sus características formales y constructivas.

En la periferia del núcleo urbano original, a unos 500 metros ladera abajo, surgirá un arrabal o ensanche, cuya ventajosa situación -más cerca del valle y en el punto donde confluían diferentes vías que llegaban desde Castilla, Navarra y el Cantábrico- hará que, con el tiempo, absorba toda la población.  El trasvase poblacional debió iniciarse en las primeras décadas del siglo XIII, momento en que el registro arqueológico evidencia el abandono de las primeras casas en el poblado de arriba. Este descenso al “llano” continuó durante el siglo XIV y ya para el siglo XV debió haber finalizado con el despoblamiento total del viejo enclave en altura, concentrándose el hábitat en el actual pueblo de Portilla.

Inclusión y participación

Uno de los mayores retos de los que trabajamos en patrimonio es llegar a integrar a la ciudadanía en los proyectos de recuperación del patrimonio. La incorporación de procesos de participación social en el campo del patrimonio es un tema que, en las últimas décadas, ha tenido un amplio desarrollo, justificando incluso decisiones efectuadas de arriba abajo que prostituyen la palabra participación.

En el proyecto Portilla no nos ponemos etiquetas, ni entramos a debatir entre procesos participativos “verticales” u “horizontales”. Directamente pasamos a la acción. Y lo hacemos recordando que el proyecto, iniciado en el año 2008, surge de la propia iniciativa ciudadana, en un momento difícil en que estallaba la crisis del ladrillo en el estado español. Se trata, por tanto, de un proyecto que surge desde los intereses de la propia comunidad local. Con ello, los habitantes no buscan tanto que se les informe adecuadamente, como que se sientan partícipes del proyecto. Es decir, no se trata tanto que los ciudadanos sean consumidores pasivos de patrimonio, como que sean agentes activos en la recuperación y gestión de su patrimonio. Para ello, desde el año 2013 se ha establecido un foro de participación ciudadana a través de tres mecanismos (información pública, consulta pública y comisiones de trabajo). Este foro permite, por un lado, captar la percepción de los colectivos que más conocen el bien y, por otro, aportar consideraciones de tipo organizativo, estrategias económicas que deban desarrollarse o condicionantes y consecuencias de carácter social.
Paisaje y patrimonio

El Conjunto Monumental de Portilla es el resultado de la acción e interacción de factores tanto naturales como humanos, siendo una oportunidad única para potenciar la necesaria coordinación y unión del patrimonio cultural y natural, junto con los procesos de participación ciudadana. En este sentido, el proyecto que se está ejecutando en Portilla pretende contribuir a la renovación de las bases conceptuales de un ordenamiento que, frente a la tradicional dicotomía “paisaje natural versus paisaje cultural”, defiende la síntesis entre ambos y apuesta por la valoración simultánea de la totalidad de los elementos que articulan el paisaje.
De esta manera, el patrimonio construido de Portilla no se puede entender sin el patrimonio natural, y viceversa. Dicho de otra manera, su origen como núcleo fortificado solo puede comprenderse si atendemos a su posición en altura, entre escarpados riscos, con espectaculares formaciones geológicas (barras y hog-baks) que han permitido hacer de este lugar una plaza fuerte inexpugnable.

Criterios de intervención

Entre 100 y 130 palabras, unos 1000 caracteres con
espacios. Texto, Wisi forensibus mnesarchum in cum. Per id impetus abhorreant, his no magna definiebas, inani rationibus in quo. Ut vidisse dolores est, ut quis nominavi mel. Ad pri quod apeirian concludaturque, id timeam iudicabit rationibus pri. Erant putant luptatum ex sit, error euismod ad qui, meliore voluptatum coErant putant luptatum ex sit, error euismod ad qui, meliore voluptatum co